Fecha: 4 de noviembre de 2003, Old Trafford, Champions League.

Contexto: Diego Forlán tardó en adaptarse a la vida en el Teatro de los Sueños, pero ante Rangers no llegó con la pólvora mojada, sino todo lo contrario. Ryan Giggs, que había ocupado el rol de número 10 en los partidos previos por Champions League, le cedió terreno al uruguayo, que no dudó en hacerse notar en conjunto con el siempre peligroso Ruud van Nistelrooy.

El gol: Phil Neville le había dado el triunfo a su equipo en Glasgow, pero Manchester United necesitaba abultar un poco más el marcador para hacerse valer ante los escoceses en Inglaterra. En esta nueva oportunidad, Forlán desató toda su calidad con una exquisita volea de derecha que dejó con la boca abierta al estadio entero. Sin dudas, un gol de otro partido.

Lo que pasó después: Sobre el final del primer tiempo, van Nistelrooy encontró un rebote para poner el 2-0, estirar la ventaja sobre Rangers y llegar con comodidad al desarrollo del encuentro. En el complemento, el holandés marcó el 3-0 y liquidó el duelo. Al mismo tiempo, los hinchas se encargaron de animar el espectáculo mediante cánticos típicos hacia la parcialidad visitante.

Reacción: “Definitivamente, este fue el mejor gol que hice en el club. Metí otros muy buenos, pero este fue bastante lindo”, confesó Forlán un mes más tarde. “Practiqué mucho esa volea en los entrenamientos, ya que me encanta convertir goles de ese estilo”, concluyó.