Empate con sabor amargo en Villa Park

Tras la decepcionante derrota ante Wolverhampton Wanderers en Old Trafford, los hombres de Ralf Rangnick tenían la obligación de reencontrarse con la victoria por el campeonato local para empezar a levantar cabeza a nivel doméstico.

Conscientes de la importancia de esta tarea, los Red Devils dejaron todo para ganar en Birmingham, pero los dirigidos por Steven Gerrard –ansiosos por vengarse de la eliminación por FA Cup– les arruinaron la fiesta en el segundo tiempo, dejándolos con solo un punto en el bolsillo.

En el arranque, Manchester United tuvo la fortuna de ponerse al frente gracias a un grosero error del arquero Emiliano Martínez, que no pudo controlar un fuerte remate de Bruno Fernandes y terminó yendo a buscar la pelota al fondo de la red.

Más allá de este fallo individual, el equipo no tardó en crecer en ofensiva, mostrándose un poco más cómodo con el sistema de Rangnick, especialmente en las combinaciones que empezaron a surgir de mitad de cancha hacia adelante.

A pesar de esto, el 2-0 parcial cayó recién a los 67 minutos, cuando el portugués aprovechó un buen pase de Fred para ampliar la ventaja. Si Anthony Elanga y Mason Greenwood hubieran tenido un poco más de suerte de cara al gol, la historia hubiese terminado de otra manera, considerando el buen rendimiento del equipo en ataque.

Lamentablemente, el desarrollo del encuentro terminó siendo todo de Aston Villa, que volvió a demostrar su carácter al ganar territorio y progresar en posesión de la pelota, exponiendo las falencias defensivas de Manchester United una vez más.

De esta manera, los goles de Jacob Ramsey y Philippe Coutinho no hicieron más que confirmar algo que se veía venir hace rato: un empate con sabor amargo en Villa Park.

Manchester United volverá a la acción el miércoles 19 de enero a las 20:00 GMT, cuando visite a Brentford por Premier League.

Las opiniones expresadas en este artículo son de la autora y no necesariamente reflejan el punto de vista de Manchester United.