Mark
Hughes

Se dice que al salir del United sólo se puede ir hacia abajo, pero pocos jugadores se trasladan a un equipo como el Barcelona, y aun menos regresan al Old Trafford para un segundo período aún más exitoso con los Rojos. Durante su brillante carrera, Mark Hughes convirtió en un hábito el hacer las cosas a su manera. Su pasión por el United comenzó en marzo de 1978, cuando llenó los formularios de escolar a los 14 años, pero pocos hubieran creído que este joven mediocampista de Wrexham llegaría a ser uno de los más grandes anotadores del equipo. El entrenador juvenil del United, Syd Owen, fue el hombre que detectó el potencial de Hughes como atacante, y por eso todos los Rojos tienen con él una deuda de gratitud. Sparky hizo su debut como anotador en partido contra el Oxford en noviembre de 1983, y seis meses después marcó su debut como jugador internacional contra Inglaterra con otro gol. En 1985 fue nombrado como Jugador Juvenil del Año de la PFA y recibió una medalla de ganador de la Copa de la FA, pero una disputa contractual interrumpió su progreso con los Rojos y un año después estaba fuera del United y en camino al Barcelona, después de ser firmado sorpresivamente por el director técnico del Barça, Terry Venables. Hughes nunca encajó en el Nou Camp, y describe su traslado a Cataluña como “horrible”, anotando solo cuatro goles en 28 partidos. Un año después fue enviado al Bayern Munich en calidad de préstamo. Allí recapturó su toque como anotador y en julio de 1988 Alex Ferguson invirtió £1,5 millones en traerlo a casa. Lo que demostró ser una jugada maestra. Hughes fue nombrado Jugador del Año de la PFA en su primera temporada después de su regreso, y rescató a los Rojos en la final de la Copa de la FA de 1990 con dos goles contra el Crystal Palace, lo que obligó a trofeo. Fue nombrado una vez más Jugador del Año en 1991, y disfrutó de un desquite glorioso con un desempeño individual crucial en la final de la Copa de Ganadores de la Copa Europea en Rotterdam, en la que anotó dos veces en la victoria 2-1 sobre su antiguo equipo el Barcelona. 1992 lo vio ganar otra medalla, esta vez con la primera Copa de la Liga de los Rojos en su historia, y en la siguiente temporada logró completar el conjunto de títulos nacionales con el primer triunfo del United en la liga en 26 años. La nueva pareja de Hughes con Eric Cantona puso una enorme emoción al avance del United hacia el título, lo que motivó a Sparky a decir: “Sé que el francés cambió mi vida en el fútbol”. Y aunque Cantona acaparó los titulares, fue el gol número 100 de Hughes en la liga contra el Crystal Palace lo que permitió asegurar la primera corona del campeonato Premier de la historia del equipo. Sir Alex dijo una vez: “Hughes fue el mejor jugador para partidos importantes que yo haya conocido”, lo que fue cierto más que en ninguna otra oportunidad en la semifinal de la Copa de la FA de 1994 contra el Oldham, cuando un gol de volea salvó al United de una derrota en el Wembley. Los Rojos derrotaron al Oldham en la repetición, y allí siguieron para aplastar al Chelsea 4-0 en la final. En ese partido, Hughes anotó el tercer gol para asegurar el primer doble triunfo del equipo en su historia. En enero de 1995, Hughes firmó con el Chelsea, el equipo favorito de su niñez, pero allí no terminaron sus días de gloria. Obtuvo una cuarta medalla de ganadores de la Copa de la FA y una segunda de la Copa de Ganadores de la Copa Europea con los Blues, y extendió su carrera como jugador con los equipos Southampton, Everton y posteriormente con el Blackburn, equipo en el que recibió la medalla final de su carrera futbolística, otra Copa de la Liga, antes de colgar sus botines a la edad de 38 años. Fue durante su estadía en el Southampton que Hughes inició su carrera como director técnico, al dirigir el equipo nacional de Gales como una actividad complementaria. Fue el genio tras el famoso triunfo sobre Italia, y casi llevó al equipo de Gales a la Euro 2004, antes de regresar al Ewood Park para asumir a tiempo completo la función de director técnico del Blackburn. El 2 de junio de 2008 tomó las riendas del Manchester City.