Ole
Solskjaer

Dentro del terreno de juego, el noruego se convirtió en la encarnación del espíritu guerrero y de la actitud de nunca darse por vencido en la década más exitosa del United. Solía anotar goles agónicos para asegurar puntos o trofeos que parecían perdidos. Sin embargo, fuera de la cancha, tuvo que aceptar una derrota: en la batalla contra una persistente lesión de rodilla. El día que colgó los botines, Ole declaró: «Quisiera agradecer al director técnico, a los cuerpos técnico y médico, pero sobre todo a todos los seguidores». «Los fans siempre fueron fantásticos, una verdadera fuente de inspiración para mí cuando estaba lesionado. Me siento orgulloso de haber representado al United durante 11 años y guardo algunos recuerdos muy especiales». Entre las muchas hazañas que consiguió Ole a lo largo de su carrera son dignos de una mención especial los 4 goles que marcó en 12 minutos cuando entró como suplente en Nottingham Forest y que contribuyeron a la mayor victoria del United fuera de casa (8-1). Pero el momento más memorable de todos, sin duda alguna, fue la final de la Champions League 1999, cuando, en el punto máximo de su genialidad, aprovechó hasta la mínima oportunidad que se le presentó. En el tiempo añadido alcanzó a puntear el balón para batir al portero del Bayern Munich, Oliver Kahn, completando el “Triplete” del United y cimentando su lugar en la historia del club.