Paul Pogba no necesita presentación, es un viejo conocido de los fans del Manchester United, quien aprendió su profesión en el club antes de florecer en la Juventus y convertirse en un centrocampista de élite.
El jugador francés, nacido en Lagny-sur-Marne en las afueras de París, comenzó a atraer la atención cuando era un colegial con Le Havre, y el United fue el equipo que ganó la batalla por su firma. Como miembro clave de la Sub-18, fue una fuerza impulsora del equipo que ganó la FA Youth Cup en 2011.
Sin embargo, deseoso de aumentar sus minutos de juego con el primer equipo, Pogba decidió aceptar una oferta para unirse a la Juventus de Italia al final de esa temporada.
Luego de firmar un contrato de cuatro años con su nuevo club, Pogba, de 19 años, no perdió el tiempo y de inmediato demostró su valía en la Serie A, ayudando a los Bianconeri a ganar el título. Los aplausos continuaban. Ganó el premio Golden Boy en 2013 que se le otorga al mejor jugador de la Sub-21 de Europa, la Copa Mundial Sub-20 con Francia y el Balón de Oro del torneo.
Didier Deschamps inevitablemente lo convocó a la selección de Francia y se ganó un lugar en las finales de la Copa Mundial 2014. Anotó ante Nigeria y obtuvo el premio al mejor jugador juvenil del torneo. El éxito continuó a escala nacional con la Juventus y en la campaña 2015/16 ganó su cuarto Scudetto consecutivo en el club. Además disputó la final de la Champions League 2015.
Después de sus impresionantes actuaciones en el Campeonato Europeo de 2016, José Mourinho optó por traer de vuelta a Pogba a Mánchester por un precio récord en el verano de 2016. El centrocampista disfrutó de una buena primera temporada en Old Trafford, ya que su energía imperiosa y su confianza suprema con el balón ayudaron a su equipo a ganar la Copa de la Liga y la Europa League.
Pogba comenzó la temporada 2017/18 de la Premier League de forma inigualable. En un momento en el que el United irrumpía en la cima de la tabla, participó en la creación de cuatro goles en el mismo número de partidos; sin embargo, su ímpetu se vio truncado por una lesión que sufrió en uno de los muslos durante nuestro triunfo 3-0 sobre el Basel en la Champions League.
La obra maestra de la temporada del jugador francés fue el doblete que firmó en abril, en la victoria 3-2, con remontada incluida, sobre el Manchester City.
Reconocido por su increíble forma física, sus sublimes pases y su olfato de gol, Paul confirmó su estatus como uno de los mejores futbolistas del planeta al ayudar a Francia a levantar la Copa del Mundo en el verano de 2018.
El volante jugó un papel vital en todos los partidos de Les Bleus, salvo el último compromiso de la fase de grupos, contra Dinamarca. A lo largo del torneo, Pogba lució toda su clase, siendo el motor del conjunto de Didier Deschamps. Por si fuera poco, también se dio el lujo de marcar un golazo desde las afueras del área en la Gran Final ante Croacia.
Sólo 26 días después, el flamante campeón del mundo se estrenó en la temporada 2018/19 de los Reds con gol a los 3 minuto de juego, en el triunfo 2-0 ante Leicester City por la jornada inaugural. Pogba mantuvo el nivel que mostró en suelo ruso y firmó su mejor temporada como jugador del United, marcando 16 goles y aportando 11 asistencias en todas las competencias.
Tras la llegada de Ole Gunnar Solskajer al banquillo en diciembre, Paul reencontró su mejor nivel y marcó nueve goles en los primeros 12 partidos del DT noruego a cargo del club, siendo elegido además el Jugador del Mes de diciembre. La única mancha a este balance inmaculado fue la tarjeta roja que vio en la Champions League ante Paris Saint-Germain en febrero.
Pogba fue todo un líder del equipo, siendo además garantía de gol desde el punto penal al anotar ocho tantos desde los 12 pasos y capitaneando al club cuatro veces. Su gran nivel de juego no pasó desapercibido entre sus colegas de profesión, quienes lo nombraron al Equipo del Año PFA de la Premier League.