Dura caída en Goodison Park

Tras el empate del fin de semana pasado ante Leicester City en Old Trafford, el conjunto de Ralf Rangnick tenía la obligación de reencontrarse con la victoria esta tarde para mantener con vida la ilusión de clasificar a Champions League.

Pero volvió a fallarle a su gente tras perder ante los Toffees, que actualmente se encuentran luchando por no descender. Sin dudas, una jornada para el olvido en Merseyside.

En el primer tiempo, los visitantes generaron dos o tres situaciones de peligro con Marcus Rashford y Cristiano Ronaldo a la cabeza, tratando de marcar el territorio de cara al desarrollo del partido.

No obstante, la historia cambió a los 27 minutos de juego, cuando Anthony Gordon encontró la pelota en la puerta del área grande.

Sin pararla, el juvenil de 21 años sacó un potente derechazo, que se desvió en la humanidad de Harry Maguire –sí, el nivel de mala suerte también es insólito– y terminó enviando el balón hacia el fondo de la red. Nada que hacer para David De Gea, que ya se había lucido con una muy buena atajada segundos atrás.

Más allá de la fortuna del local, Manchester United empezó a bajar el rendimiento con el correr del reloj, dejando atrás el buen arranque que había tenido en el primer tiempo.

Como era de esperar, esto trajo más confusión entre los jugadores, que parecían perdidos dentro de la cancha, especialmente en ataque, donde prácticamente no pudieron crear situaciones de gol.

Probablemente, un empate hubiese sido más justo que este 1-0 mentiroso, porque Everton no hizo demasiado para ganar, pero los Red Devils dejaron mucho que desear en Goodison Park, fallando en varios aspectos al mismo tiempo.

Ahora, el equipo de Rangnick tratará de recuperarse de esta dolorosa derrota en la semana de cara al partido del próximo sábado ante Norwich City en Old Trafford.

Las opiniones expresadas en este artículo son de la autora y no necesariamente reflejan el punto de vista de Manchester United.