Malacia comparte su historia personal

“Honestamente, crecer en Rotterdam fue toda una batalla, porque yo siempre fui pequeño y me gustaba jugar al fútbol con los grandes, así que tenía que luchar y mostrar mis cualidades todo el tiempo”.

“Había una gran diversidad de culturas en el lugar donde crecí, y eso siempre me gustó. Yo me la pasaba afuera jugando con amigos y familiares”.

“Hice algo de kickboxing en la calle donde vivía mi abuela. Recuerdo que tenían un gimnasio, así que estaba mucho tiempo allí, pero lo que más me gustaba era jugar al fútbol y hacer cosas divertidas”.

“Era bueno en la escuela, pero no era para mí. Igualmente, disfruté de mi tiempo allí. Me gustaban los libros, pero yo siempre quería salir a jugar afuera. Entonces, cuando eran las tres, siempre me quería ir a jugar al fútbol”.

“Todavía leo, porque mi mamá siempre lo hace. Cuando dejé la escuela a los 17 años, seguí leyendo para mí, y creo que eso fue importante. Me gustan mucho los libros de crímenes y los que están basados en historias reales”.

“Participé de jornadas de lectura cuando todavía estaba en Holanda. Lo hice en combinación con Feyenoord. Fui a algunas escuelas, les conté [a los chicos] sobre mis épocas, cómo me iba en el colegio y qué significa leer para mí. Eso fue algo muy importante para mí, porque me dio una mejor sensación”.

“A veces tengo una película y un libro, pero me termina gustando más el libro que la película, porque puedo vivir en el libro, ¿sabes? Dentro de mi imaginación”.

“¡Pero me la pasaba jugando al fútbol en la calle! Mis padres y mi abuelo siempre me acompañaron a todos los partidos. Por supuesto, no estaría aquí sin ellos, por eso son mi gran motivación”.

“Mi madre siempre estuvo ahí para mí. Mis padres siempre trabajaron mucho, pero aun así estaban pendientes de mí, y también de mi abuela y mi abuelo. Cuando tengo un pequeño contratiempo, me gusta pensar en ellos y en por qué estoy aquí”.

“También tengo amigos con los que crecí. No son amigos, sino familia, porque están conmigo tanto en los buenos como en los malos momentos”.

“Siempre quise ser futbolista, y siempre mantuve la fe [de que iba a lograrlo]. Jugué en dos clubes locales antes de pasar a Feyenoord a los ocho años. Recuerdo que fui con mi abuelo a ver un amistoso ante Liverpool, y fue increíble. Todavía estoy en contacto con la gente del club. Creo que las personas verdaderas siempre permanecen cerca de uno”.

“He recorrido un largo camino, pero no lo hice solo. Todavía tengo que dar pasos hacia adelante, y tengo mucho margen de mejora, por eso quiero seguir trabajando en eso”.

Descarga la App Oficial de Manchester United y descubre contenido exclusivo.