La tarde de los juveniles
En un partido repleto de emociones, Manchester United volvió a demostrar por qué es importante confiar en los más chicos.
Tras un primer tiempo para el olvido, el DT optó por encarar el complemento con Jesse Lingard, que entró en reemplazo del cuestionado Phil Jones, para tratar de ponerse a tiro y hacerle frente al local con un poco más de fuerza. Pero a pesar de su ingreso, el momento del equipo no cambió, sino que empeoró como consecuencia de la llegada del 2-0. Sin embargo, este gol no mató el espíritu de Manchester United que, aún ante una adversidad tan grande como esta, no dudó en dar pelea hasta el final.
Brandon Williams, que debutó en primera hace apenas dos meses atrás, tuvo algunos errores durante el desarrollo del partido, donde recibió una tarjeta amarilla por una entrada fuerte, pero su empuje lo condujo a convertir el descuento y darle un poco de esperanza a los hinchas.
La igualdad desconcertó a Sheffield United, que perdió los estribos en un lapso de menos de diez minutos, donde tiró por la ventana todo el trabajo que había hecho hasta el momento.
La rebeldía de los más chicos contagió al resto de los comandados por Solskajer, que se armaron de coraje para dar vuelta una historia increíble. La rápida combinación entre Daniel James y Anthony Martial dejó en el camino a los defensores locales al igual que la aparición de Marcus Rashford, otro producto de la casa. El delantero levantó su mano derecha para captar la atención del galés, que le propinó el pase justo para que pueda definir con comodidad. Tras tantos esfuerzos, el equipo se dio el gusto de celebrar un gol. ¡Y qué gol!
Lamentablemente, como el fútbol tiene esas cosas inexplicables que tanta locura suelen generar sobre sus fanáticos, los de Chris Wilder alcanzaron el 3-3 a segundos del cierre, dejando atrás lo logrado por los Red Devils.
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Pese al resultado final, los juveniles le cambiaron la cara a una presentación que había dado mucho que hablar en el entretiempo y honraron el escudo del club con un valor sorprendente. Williams, Greenwood y Rashford nacieron con la camiseta tatuada en la piel, por lo que no desaprovecharon una nueva oportunidad para dejar en claro de qué están hechos y así taparle la boca a los incoherentes de siempre, que explotaron con todo tipo de comentarios negativos en las redes, pero fueron los primeros en gritar los goles de los chicos. La hipocresía no tiene límites, pero afortunadamente el crecimiento de estos juveniles tampoco.
Manchester United está construyendo un equipo para el futuro. Pero no para sobrevivir durante los próximos meses, sino para hacer historia durante la década que se viene. Las bases son las correctas, por lo que el tiempo y los buenos manejos solo tienen que empezar a rendir sus frutos.
Las opiniones expresadas en este artículo son de la autora y no necesariamente reflejan el punto de vista de Manchester United.