Triunfo y clasificación en Londres

Miércoles por la noche en la capital. Los de Ole Gunnar Solskjaer, que venían de sumar de a tres ante Partizán de Belgrado y Norwich City, sabían que estaban a punto de contar con una posibilidad única de volver a triunfar fuera de Old Trafford, y no la desaprovecharon.

En el primer tiempo salieron a la cancha con una ambición pocas veces vista en lo que va de la temporada. Pese a tener que imponerse en terreno ajeno, no dudaron en tomar la iniciativa desde el minuto uno y hacerse con el control de la pelota.

Gracias a la continua insistencia de los laterales, Daniel James sacó un penal antes de la media hora de juego para que Marcus Rashford rápidamente lo transforme en gol. Sin dudas, todo un logro tras los inconvenientes protagonizados en Carrow Road, donde tanto el inglés como Anthony Martial fallaron desde los doce pasos.

Ya en ventaja, Manchester United se mantuvo bastante influyente en ataque al menos hasta el final de la primera parte. El uso de la línea de tres volvió a permitirle llegar con más hombres arriba, debido a las continuas subidas de Brandon Williams y Aaron Wan-Bissaka. Pero la clave estuvo en el mediocampo, donde Scott McTominay plantó campamento nuevamente y se convirtió en amo y señor del sector, siempre acompañado por Fred.

El complemento impulsó a Chelsea a hacerse valer en su casa, donde ganó tres de los últimos dos partidos que jugó por Premier League. Sin un plan muy definido, empezó a abrirse camino en mitad de cancha aprovechando el letargo del rival, que había sacado el pie del acelerador.

El surgimiento en solitario de Michy Batshuayi sorprendió a propios y ajenos, ya que tomó el balón en el medio y encaró prácticamente a toda la defensa de los Red Devils. Pese a no contar con una idea demasiado ordenada, el belga avanzó, sacó un potente remate al ras y liquidó a Sergio Romero, que poco pudo hacer ante semejante sorpresa. Sin embargo, la suerte de los de Frank Lampard iba a llegar pronto a su fin.

A pesar de la igualdad, Manchester United retomó el mando del encuentro en cuestión de minutos y empezó a presionar al rival tal y como lo había hecho en el primer tiempo, pero con una ligera modificación. El DT optó por jugar con cuatro en el fondo, reemplazando a uno de sus defensores de batalla por Martial, que entró en escena junto a Andreas Pereira. Su correcta decisión influyó positivamente en el equipo, por lo que quedó más que conforme con lo sucedido y se dedicó a admirar la tarea de sus dirigidos por detrás de la línea de cal.

Cuando restaban casi 15 minutos para el cierre, Marcus Rashford agarró el balón y se hizo cargo de la pelota parada que definiría el choque. Pese a encontrarse a una distancia considerable del arco defendido por Willy Caballero, el inglés sacó un derechazo espectacular que dejó con la boca abierta a todo Stamford Bridge, y marcó el 2-1 final. Toda una hazaña para el juvenil, que volvió a demostrar de qué está hecho tras haber llegado a los 50 goles con la camiseta del club ante Norwich.

Manchester United sumó su tercer triunfo consecutivo en condición de visitante gracias al esfuerzo de absolutamente todo el equipo, que revirtió una situación más que compleja bajo la mirada de cientos de insufribles críticos. El desahogo de jugadores como McTominay y el mismísimo Rashford, dos referentes del conjunto de Ole, representó a la perfección cómo puede reaccionar una persona al alcanzar sus objetivos luego de haber sido injustamente juzgada y cuestionada por sus actuaciones previas.

Tras tres interesantes victorias, los Red Devils deben seguir por el camino que los puso en este lugar para encarar la última parte del año a pleno. Porque cuando los resultados comienzan a aparecer, todo parece ser más que sencillo.

Las opiniones expresadas en este artículo son de la autora y no necesariamente reflejan el punto de vista de Manchester United.