Leyendas: Sammy McIlroy

Muchos jóvenes suelen limitarse a descubrir solo los sucesos más recientes del club al englobar las últimas tres décadas en una única mezcla sin saber que se están perdiendo de mucho.

Todos estamos familiarizados con el nacimiento de la Clase del ’92, la obtención del famoso Treble, los goles de Wayne Rooney y los títulos de Sir Alex Ferguson, por nombrar algunos hechos relevantes. Sin embargo, pocos conocen los tiempos más “oscuros” de la institución, sobre todo los que tuvieron lugar después de la Copa de Europa en 1968.

Un año después de aquel triunfo continental, Sir Matt Busby decidió incorporar a su último refuerzo: Sammy McIlroy.

Oriundo de Belfast, el atacante de 17 años se coló en el plantel mayor para hacer su debut nada más ni nada menos que ante Manchester City en Maine Road. Pese a su corta edad, el norirlandés sorprendió a todos tras meter un gol y dos asistencias en el clásico de la ciudad. Sin dudas, una presentación para el recuerdo.

Su impacto lo llevó a convertirse en profesional en 1971. De todas formas, su condición de suplente y las consecuencias del accidente automovilístico que sufrió en enero de 1973 lo dejaron al margen del equipo por varios días.

Afortunadamente, su espíritu de lucha lo impulsó a recuperarse a tiempo para ganarse un lugar en el once y completar la temporada a la par de sus compañeros.

Pese al fatídico descenso de 1974, el delantero no tardó en ganarse la confianza de Tommy Docherty, que siempre lo tuvo en sus planes y lo hizo partícipe de la vuelta a primera división el año siguiente.

En sus 419 partidos jugados con los Red Devils, McIlroy tuvo que hacerle frente a dos finales perdidas por FA Cup, pero en el medio pudo consagrarse campeón del torneo más antiguo del mundo, tras vencer por 2-1 a Liverpool en 1977.

Luego de 11 años en Manchester United, Ron Atkinson lo vendió por £350,000 a Stoke City, donde continuó con su carrera como profesional. Más tarde, Sammy se fue libre a Manchester City y estuvo a préstamo en varios clubes hasta transformarse en director técnico.

Indudablemente, McIlroy es la viva prueba de que no todo en la vida es levantar copas, y que siempre se puede ser un héroe ayudando al equipo de varias maneras.

Las opiniones expresadas en este artículo son de la autora y no necesariamente reflejan el punto de vista de Manchester United.