Copa Inter-Continental

Copa Inter-Continental

La Copa Intercontinental, también conocida como la Copa Mundial de Clubes y la Copa Toyota, fue creación de Henri Delauney, el antiguo secretario general de la UEFA. Su propuesta, que los campeones de dos continentes deberían competir por un trofeo a nivel mundial, también inspiró la creación de la Copa Libertadores, la respuesta de Sudamérica a la Copa Europea.

Entre 1960 y 1980 todas las finales se jugaban a doble partido. De manera poco común, hasta 1968 el factor decisivo para el triunfo eran los puntos, no el total combinado de goles, y si había empate en los puntos se requería de un tercer encuentro. El primer equipo en conquistar la competencia fue el Real Madrid; los equipos AC Milan, Peñarol y Nacional han ganado el torneo la cifra récord de tres veces cada uno.

La primera participación del Manchester United en el torneo se produjo en 1968, cuando perdieron un brutal partido decisorio contra el equipo Estudiantes de La Plata de Argentina. Los sudamericanos ganaron 1 a 0 en casa y frenaron al United para empatar 1 a 1 en Mánchester. En 1969, se jugó la primera final a dos partidos con el triunfo determinado por total de goles acumulados.

El torneo estuvo a punto de desaparecer en la década de los 70, cuando varios equipos europeos, como el Ajax, el Liverpool y el Bayern Munich, se quejaron del juego enérgico de los sudamericanos. El torneo también ha sobrevivido otros factores como enfrentamientos a golpes, acusaciones de corrupción e incumplimiento de los reglamentos.

En 1980, el patrocinador japonés Toyota vino al rescate con su propuesta de un encuentro único a jugarse todos los años en Tokio, con la esperanza de generar interés por el fútbol en Japón. Desde entonces el torneo ha crecido en popularidad.

La segunda participación del United y su primer éxito en la final se produjeron en noviembre de 1999, varios meses después de que el club ganara su segunda Copa Europea. Los Rojos se enfrentaron al equipo brasileño Palmeiras en Tokio, donde un único gol en el primer tiempo, cortesía del capitán Roy Keane, y las sobresalientes actuaciones de Ryan Giggs y el guardameta Mark Bosnich bastaron para que el United fuese coronado campeón del mundo por primera vez.