Igualdad en el reinicio
Manchester United empató 1-1 ante Spurs en Londres, sumando un buen punto de cara al desenlace.
El regreso más esperado
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En el arranque, ambos equipos se mostraron bastante tranquilos, midiendo cada situación con una serenidad más o menos esperada.
A pesar de esto, los dirigidos por Ole Gunnar Solskjaer no tardaron en tomar la batuta para empezar a apretar al conjunto de José Mourinho, que ya se había parado para la contra.
Antes de la media hora, un desvío extraño casi deriva en gol de Marcus Rashford. El delantero, siempre peligroso por izquierda, enganchó la pelota con un solo movimiento, sorprendiendo a toda la defensa de Spurs. No obstante, Hugo Lloris estaba atento y, pese a haber volcado su cuerpo hacia el lado equivocado, llegó a rechazar el balón con los pies.
Acto seguido, la historia cambiaría de manera notable.
A los 27 minutos, Tottenham empezó a despertar, aprovechando el repliegue de los Red Devils, que habían sacado el pie del acelerador para tratar de reubicarse en la cancha.
En ese momento, Steven Bergwijn sacó provecho de su velocidad, doblegó a Harry Maguire y liquidó a David De Gea con un remate sumamente caliente.
Por cómo venían dándose las cosas, este 1-0 tomó por sorpresa a los muchachos, especialmente al capitán, que no alcanzó a cubrir la posición y terminó viéndose superado por el neerlandés.
Sin dudas, estas jugadas suelen ser muy veloces y bastante complejas para los centrales, teniendo en cuenta el giro que deben completar antes de que el atacante se meta en el área. Por lo tanto, el presunto error del arquero no debe ser considerado como tal, ya que el balón partió con mucha violencia, dejando al español a merced de la suerte.
Como era de esperar, los de Mourinho entraron en confianza tras la apertura del marcador, comenzando a complicar a la defensa de Manchester United, que se había metido en un bache difícil de escalar.
Para colmo, la velocidad de la gente de Spurs se hizo sentir en varias zonas del campo de juego, comprometiendo tanto a laterales como centrales.
A pesar de esto, y a la clara intervención de Son Heung-min, los chicos lograron aguantar el impacto para marcharse al entretiempo solo 1-0 abajo.
En el complemento, Mason Greenwood y Paul Pogba le cambiaron el ritmo al equipo, acelerando la generación de juego, sobre todo con Fernandes y Martial. Asimismo, las llegadas de Luke Shaw también beneficiaron los arribos por izquierda, preocupando a Davinson Sánchez y compañía, que habían empezado a verse doblegados por estos crecientes avances.
Por fortuna, el transcurso de los minutos acabó de consolidar esta pequeña superioridad de los visitantes, que finalmente llegarían al empate sobre la etapa final del partido.
Cuando solo restaban 10 minutos para el cierre, Pogba desbloqueó toda su magia, superó a Eric Dier por derecha y lo obligó a cometerle penal. Sin dudas, una situación que podría haberse anticipado, teniendo en cuenta cómo había cambiado el encuentro.
Segundos más tarde, Fernandes se encargó de ejecutar el cobro, convirtiendo la igualdad con una calma destacable.
Pese al alivio del empate, Manchester United hizo lo posible para dar vuelta el resultado, con alguna que otra intervención de Greenwood. No obstante, no le alcanzó para marcar el gol de la victoria y tuvo que conformarse con un punto decepcionante, pero valioso.
Tras varias semanas de inactividad, los muchachos de Ole demostraron algunas desatenciones en defensa, pero no tardaron en retomar el ritmo que habían alcanzado antes del break. Por ende, este 1-1 no debe ser tomado con un traspié, sino como una consecuencia posible de este esperado reinicio.
Las opiniones expresadas en este artículo son de la autora y no necesariamente reflejan el punto de vista de Manchester United.